De siempre se ha conocido la expresión: “Los Locos, los
borrachos y los niños, son los que dicen la verdad…”, y si analizamos esta reflexión, efectivamente,
esconde un punto de realidad, porque ellos en su situación de
inconsciencia, hablan, cuentan, su verdad, la verdad, sin presiones, ni temores a posibles
represiones…
La verdad de situaciones que han visto, que han oído,
o que han vivido, pero que debido a múltiples factores esconden en el
subconsciente y desvelan cuando se cumplen una serie de circunstancias.
Quizás porque los “Locos” ya no pueden discernir
cuál es “su
realidad” de la del resto de la Humanidad, y no tienen nada que
ocultar. Reivindican sus vivencias, a pesar de que sean increíbles, porque el
resto de seres humanos no pueden aceptar determinadas situaciones que
determinan, critican o limitan los criterios que hoy en día, delimita esta
criticable sociedad. ¿Hasta qué punto es cuestionable la cordura de las
personas que determinan el grado de locura de personas que declaran expresiones
que no se ajustan a los cánones, o a una serie de valores previamente
establecidos?.
¿Por qué decimos que los “Borrachos”
dicen la verdad?
Según investigaciones realizadas, que podemos resumir en la siguiente
conclusión:”porque el alcohol nubla la mente”, es decir, el alcohol nos desinhibe de presiones y libera nuestro subconsciente, como también habremos escuchado
en múltiples ocasiones:
“El
alcohol no hace que perdamos nuestra consciencia, sino la vergüenza”.
En definitiva, el alcohol, provoca una
sensación de libertad o de seguridad que da pie a revelar una serie de
confidencias, sin pensar en las futuras consecuencias.
Y llegamos a lo “Niños”,
esos “Locos Bajitos”,
cuya culpa es la “Inocencia”, la “Inocencia” del “No Saber”, el “No Saber”,
ni entender, las consecuencias de sus declaraciones. Y ellos no entienden, no
entienden por qué si lo que ellos nos cuentan son Verdades, los adultos, padres y
otros familiares, les decimos “Que se
callen”, que repriman esos “Cuentos” y respeten a los “Mayores”. “Cuentos” que sabemos que son “Verdades”,
“Realidades”
que los adultos queremos ocultar y vivir en un mundo de apariencias, mentiras e
irrealidades.
La “Mentira”
es a veces un “Lastre”
y otras veces un “Valor” del ser humano.
Un “Lastre”, cuando la Mentira se utiliza para crear un mal al prójimo, y es peor si ese
prójimo, es un familiar o es un amigo. Es un “Lastre”, cuando se juega con
sentimientos y emociones; cuando se crean falsan ilusiones a personas que se
encuentran en problemáticas situaciones y hacen que esas personas crean en esperanzas, en promesas que son humo… que son
aire…
Un “Valor”, cuando aunque el término “Mentira” conlleve un efecto negativo,
existen circunstancias en las que se puede utilizar par conseguir efectos
positivos. Lo que llamamos “Mentiras Piadosas”, pueden servir de ejemplo,
casos en que “La Mentira” se utiliza para no herir a
otro, porque el daño que puede producir la realidad es mucho mayor que la de
una mentira puntual y que no pueda producir alguna consecuencia en cierta forma
trascendental.
Este es el caso de los “Mentirosos Compasivos”, aquellos que
mienten por evitar males mayores. Personas que en determinadas ocasiones
mienten a sabiendas de que, los otros quieren ser engañados. Y se dejan mentir,
porque esa “Mentira” se ofrece como
una “Pequeña
Esperanza”, un “Punto de Luz”, en situaciones donde ese es el
último recurso, cuando nos encontramos en profundos pozos, de donde no sabemos
cómo salir.
También existen los “Mentirosos Compulsivos”, personas que viven en una continúa “Mentira”, porque no quieren admitir la
“Realidad”,
su “Día a Día”,
porque no se ajusta a sus ideales, a sus deseos de “Vivir” en esta “Vida”.
Según mi opinión, lo importante además
de la “Mentira” en sí, es la
repercusión que dicha utilización puede ocasionar.
El “Mentiroso”,
generalmente la utiliza inconscientemente, es un recurso, una excusa, para
salir airoso de una situación un tanto comprometida.
Lo que desconoce el “Mentiroso”, es la reacción del “Engañado”, quien algunas veces,
asombra y otras veces, siendo la mayoría, genera decepción y desilusión, porque
rompe un sentimiento de confianza, un vínculo creado durante un tiempo de
relación, ya sea de amor, amistad o familiar.
Y siempre… “Duele…”… la “Mentira”, se mire como se mire, es una “Traición”, por mucho que la
queramos disimular, o disfrazar… una “Mentira”
siempre será una “Mentira”.
El que seamos engañados “Duele”,
a no ser que combinemos la “Mentira”,
con la “Esperanza”
y la “Fantasía”…
porque “El
que quiere Creer…Cree”, y por mucho que te aconsejen, te digan o te
cuenten, si tu no quieres ver la realidad, porque tú crees en la tuya, la
primordial, tu “Verdad”,
tu “Realidad”;
hasta que no te quites la venda de tus ojos, siempre defenderás esa sinrazón,
esa irrealidad…porque es tuya, tuya y de nadie más…
Si trasladamos el efecto de la “Mentira” en distintos ámbitos de la
vida, podemos estudiar las posibles repercusiones:
- Si una Compañía miente a sus posibles clientes sobre su producto, ¿Qué
beneficios puede obtener?, Seamos realistas, a corto plazo el engaño puede
reportar beneficios, pero al poco tiempo el engaño se descubrirá y la Imagen
de la Compañía, así como su Marca perderá
su “Valor”, se devaluará de cara al consumidor y éste no
confiará en sus productos. Consecuentemente, las ventas serán inferiores y la
recuperación de la confianza de los consumidores, será muy difícil de recuperar
teniendo en cuenta la competencia existente en el mercado.
- Si una Empresa miente a sus empleados, ¿Qué puede conseguir?, quizás
existan empresas que piensen que los empleados desconocen que están siendo
engañados, ¡¡¡ Que ilusos!!! , porque aunque los empleados no sepan toda la verdad,
siempre serán conscientes de un mínimo conocimiento de la realidad que se
quiere ocultar, lo cual sólo producirá desconfianza de las acciones de la
dirección. Las actitudes de los empleados serán progresivamente más
conflictivas y el rendimiento será menor, por lo que los beneficios obtenidos
serán lógicamente inferiores a los deseados.
- Si el Gobierno de un país miente a la población, conseguirá durante su
período de mandato, los beneficios que se hayan planteado como objetivo en el
sector económico, personal, social, etc, etc… Pero las consecuencias que puedan
derivarse de estas conductas, siempre pasarán una alta factura, aunque
desgraciadamente, y por los hechos históricos y actuales, siempre pagan antes
dichas consecuencias los afectados por dichos comportamientos.
- Si un amigo, una amante pareja, una persona en la que depositas tu confianza,
te engaña, ¿Cuál es el fin que persigue?, a veces es material (económico),
otras veces sentimental, otras veces es enfermizo y quizás algunas veces sean
mentiras piadosas (aunque muchas de éstas sean cobardía por no querer
enfrentarse a una realidad).
Tras todo lo anterior, si lo analizamos…
¿Quién pierde más, el “Engañador” o
el “Engañado”?...
- La
Compañía estafadora, perderá
clientes y consecuentemente ventas en ese momento y en un futuro, puesto que el
consumidor ha perdido la confianza en ella y en sus productos.
- La
Empresa que engaña a sus empleados, sólo obtendrá como resultado la disminución
de su rendimiento y consecuentemente de la producción.
- El
Gobierno manipulador, intentará
conseguir el mayor provecho durante su período de mandato, porque en el futuro,
no logrará más reconocimiento que el de los “cómplices” y “camaradas” de
tropelías y deberá asegurarse el “Vivir De las Rentas…”.
- El
Amigo, la Pareja, la Persona de Confianza traidora, ya sea por cobardía,
por provecho o por “no se qué”, sólo conseguirá la pérdida de una persona
amiga, de tu “media naranja”, de un posible mundo ideal…
Insisto… ¿Quién pierde más…? ¿Quien engaña o la persona
engañada?...
Creo que el mayor “Engañado” es el “Engañador”, pues a la larga, queda
demostrado que intentando engañar al prójimo, se engaña a sí mismo y él es
quien pierde más.
Reflexionando sobre el cuento de Pinocho,…
¿Por qué utilizar a un muñeco de madera? ¿Quizás porque es una analogía para
hacernos ver que un sentimiento como la “Mentira”
no puede hacerse notar físicamente en un ser humano? ¿Es un cuento para niños
para enseñarles a mentir, cuando realmente el mundo de la mentira es en el que
viven los adultos en los que ellos confían, a quienes, inocentemente, tienden
su mano?
Si volvemos al título de este artículo…
“Ni todo es verdad, ni todo es mentira, sólo depende del color con
el cristal con que se mira…”
Elijamos unas gafas con un determinado color… ¿ya…? Piensa en el color que has
elegido, y por qué, ¿Por qué ese color…? ¿Te gustaría cambiarlo…? ¿Cambiaría para
bien tu mundo, tu realidad, al cambiar el color de los cristales…? ¿Está en tu mano realizar ese cambio de color? Si es así, no sé a
que estás esperando…
Pero nunca, nunca dejes que un color de
fantasía, nuble la realidad de un color un tanto amargo… Podemos ser buenos,
pero no ilusos, ni engañados…
Finalmente debo recordar a los “Mentirosos”, a los que mienten, que
muy a su pesar, siempre tendrán a su “Pepito Grillo” particular… más tarde o más
temprano, siempre, siempre… Aparecerá.
Yo afortunadamente, puedo dormir
tranquila, pero ¿Cuántos debido a ese “Pepito Grillo”, no
pueden descansar…?
P.D.: Y por si
alguna duda existiera, remitiéndonos a nuestro refranero español:
“Las mentiras tienen las patas muy
cortas”,
“Antes se coge a un mentiroso que a un
cojo”
… pero aunque existen muchas otras…
… yo siempre preferiré como referencia a…
¡¡¡ “PINOCHO”!!!