martes, 20 de octubre de 2015

NI TODO ES VERDAD, NI TODO ES MENTIRA… SÓLO DEPENDE DEL COLOR DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA…





De siempre se ha conocido la expresión: “Los Locos, los borrachos y los niños, son los que dicen la verdad…”, y si analizamos esta reflexión, efectivamente, esconde un punto de realidad, porque ellos en su situación de inconsciencia, hablan, cuentan, su verdad, la verdad, sin presiones, ni temores a posibles represiones…

La verdad de situaciones que han visto, que han oído, o que han vivido, pero que debido a múltiples factores esconden en el subconsciente y desvelan cuando se cumplen una serie de circunstancias.

Quizás porque los “Locos” ya no pueden discernir cuál es “su realidad” de la del resto de la Humanidad, y no tienen nada que ocultar. Reivindican sus vivencias, a pesar de que sean increíbles, porque el resto de seres humanos no pueden aceptar determinadas situaciones que determinan, critican o limitan los criterios que hoy en día, delimita esta criticable sociedad. ¿Hasta qué punto es cuestionable la cordura de las personas que determinan el grado de locura de personas que declaran expresiones que no se ajustan a los cánones, o a una serie de valores previamente establecidos?.

¿Por qué decimos que los “Borrachos” dicen la verdad? Según investigaciones realizadas, que podemos resumir en la siguiente conclusión:”porque el alcohol nubla la mente”, es decir, el alcohol nos desinhibe de presiones y libera nuestro subconsciente, como también habremos escuchado en múltiples ocasiones:
“El alcohol no hace que perdamos nuestra consciencia, sino la vergüenza”.

 En definitiva, el alcohol, provoca una sensación de libertad o de seguridad que da pie a revelar una serie de confidencias, sin pensar en las futuras consecuencias.

Y llegamos a lo “Niños”, esos “Locos Bajitos”, cuya culpa es la “Inocencia”, la “Inocencia” del “No Saber”, el “No Saber”, ni entender, las consecuencias de sus declaraciones. Y ellos no entienden, no entienden por qué si lo que ellos nos cuentan son Verdades, los adultos, padres y otros familiares, les decimos “Que se callen”, que repriman esos “Cuentos” y respeten a los “Mayores”. “Cuentos” que sabemos que son “Verdades”, “Realidades” que los adultos queremos ocultar y vivir en un mundo de apariencias, mentiras e irrealidades.


La “Mentira” es a veces un “Lastre” y otras veces un “Valor” del ser humano.

Un “Lastre”, cuando la Mentira se utiliza para crear un mal al prójimo, y es peor si ese prójimo, es un familiar o es un amigo. Es un “Lastre”, cuando se juega con sentimientos y emociones; cuando se crean falsan ilusiones a personas que se encuentran en problemáticas situaciones y hacen que esas personas crean en  esperanzas, en promesas que son humo… que son aire…

Un “Valor”, cuando aunque el término “Mentira” conlleve un efecto negativo, existen circunstancias en las que se puede utilizar par conseguir efectos positivos. Lo que llamamos “Mentiras Piadosas”, pueden servir de ejemplo, casos en que “La Mentira” se utiliza para no herir a otro, porque el daño que puede producir la realidad es mucho mayor que la de una mentira puntual y que no pueda producir alguna consecuencia en cierta forma trascendental.

Este es el caso de los “Mentirosos Compasivos”, aquellos que mienten por evitar males mayores. Personas que en determinadas ocasiones mienten a sabiendas de que, los otros quieren ser engañados. Y se dejan mentir, porque esa “Mentira” se ofrece como una “Pequeña Esperanza”, un “Punto de Luz”, en situaciones donde ese es el último recurso, cuando nos encontramos en profundos pozos, de donde no sabemos cómo salir.

También existen los “Mentirosos Compulsivos”, personas que viven en una continúa “Mentira”, porque no quieren admitir la “Realidad”, su “Día a Día”, porque no se ajusta a sus ideales, a sus deseos de “Vivir” en esta “Vida”.

Según mi opinión, lo importante además de la “Mentira” en sí, es la repercusión que dicha utilización puede ocasionar.

El “Mentiroso”, generalmente la utiliza inconscientemente, es un recurso, una excusa, para salir airoso de una situación un tanto comprometida.

Lo que desconoce el “Mentiroso”, es la reacción del “Engañado”, quien algunas veces, asombra y otras veces, siendo la mayoría, genera decepción y desilusión, porque rompe un sentimiento de confianza, un vínculo creado durante un tiempo de relación, ya sea de amor, amistad o familiar.

Y siempre… “Duele…”… la “Mentira”, se mire como se mire, es una “Traición”, por mucho que la queramos disimular, o disfrazar… una “Mentira” siempre será una “Mentira”.

El que seamos engañados “Duele”, a no ser que combinemos la “Mentira”, con la “Esperanza” y la “Fantasía”… porque “El que quiere Creer…Cree”, y por mucho que te aconsejen, te digan o te cuenten, si tu no quieres ver la realidad, porque tú crees en la tuya, la primordial, tu “Verdad”, tu “Realidad”; hasta que no te quites la venda de tus ojos, siempre defenderás esa sinrazón, esa irrealidad…porque es tuya, tuya y de nadie más…

Si trasladamos el efecto de la “Mentira” en distintos ámbitos de la vida, podemos estudiar las posibles repercusiones:

- Si una Compañía miente a sus posibles clientes sobre su producto, ¿Qué beneficios puede obtener?, Seamos realistas, a corto plazo el engaño puede reportar beneficios, pero al poco tiempo el engaño se descubrirá y la Imagen de la Compañía, así como su Marca perderá su “Valor”, se devaluará de cara al consumidor y éste no confiará en sus productos. Consecuentemente, las ventas serán inferiores y la recuperación de la confianza de los consumidores, será muy difícil de recuperar teniendo en cuenta la competencia existente en el mercado.

- Si una Empresa miente a sus empleados, ¿Qué puede conseguir?, quizás existan empresas que piensen que los empleados desconocen que están siendo engañados, ¡¡¡ Que ilusos!!! , porque aunque los empleados no sepan toda la verdad, siempre serán conscientes de un mínimo conocimiento de la realidad que se quiere ocultar, lo cual sólo producirá desconfianza de las acciones de la dirección. Las actitudes de los empleados serán progresivamente más conflictivas y el rendimiento será menor, por lo que los beneficios obtenidos serán lógicamente inferiores a los deseados.

- Si el Gobierno de un país miente a la población, conseguirá durante su período de mandato, los beneficios que se hayan planteado como objetivo en el sector económico, personal, social, etc, etc… Pero las consecuencias que puedan derivarse de estas conductas, siempre pasarán una alta factura, aunque desgraciadamente, y por los hechos históricos y actuales, siempre pagan antes dichas consecuencias los afectados por dichos comportamientos.

- Si un amigo, una amante pareja, una persona en la que depositas tu confianza, te engaña, ¿Cuál es el fin que persigue?, a veces es material (económico), otras veces sentimental, otras veces es enfermizo y quizás algunas veces sean mentiras piadosas (aunque muchas de éstas sean cobardía por no querer enfrentarse a una realidad).

Tras todo lo anterior, si lo analizamos… ¿Quién pierde más, el “Engañador” o el “Engañado”?...

- La Compañía estafadora, perderá clientes y consecuentemente ventas en ese momento y en un futuro, puesto que el consumidor ha perdido la confianza en ella y en sus productos.

- La Empresa que engaña a sus empleados, sólo obtendrá como resultado la disminución de su rendimiento y consecuentemente de la producción.

- El Gobierno manipulador, intentará conseguir el mayor provecho durante su período de mandato, porque en el futuro, no logrará más reconocimiento que el de los “cómplices” y “camaradas” de tropelías y deberá asegurarse el “Vivir De las Rentas…”.

- El Amigo, la Pareja, la Persona de Confianza traidora, ya sea por cobardía, por provecho o por “no se qué”, sólo conseguirá la pérdida de una persona amiga, de tu “media naranja”, de un posible mundo ideal…

Insisto… ¿Quién pierde más…? ¿Quien engaña o la persona engañada?...

Creo que el mayor “Engañado” es el “Engañador”, pues a la larga, queda demostrado que intentando engañar al prójimo, se engaña a sí mismo y él es quien pierde más.

Reflexionando sobre el cuento de Pinocho,… ¿Por qué utilizar a un muñeco de madera? ¿Quizás porque es una analogía para hacernos ver que un sentimiento como la “Mentira” no puede hacerse notar físicamente en un ser humano? ¿Es un cuento para niños para enseñarles a mentir, cuando realmente el mundo de la mentira es en el que viven los adultos en los que ellos confían, a quienes, inocentemente, tienden su mano?

Si volvemos al título de este artículo…

“Ni todo es verdad, ni todo es mentira, sólo depende del color con el cristal con que se mira…”


Elijamos unas gafas con un determinado color… ¿ya…? Piensa en el color que has elegido, y por qué, ¿Por qué ese color…? ¿Te gustaría cambiarlo…? ¿Cambiaría para bien tu mundo, tu realidad, al cambiar el color de los cristales…? ¿Está en tu mano realizar ese cambio de color? Si es así, no sé a que estás esperando…

Pero nunca, nunca dejes que un color de fantasía, nuble la realidad de un color un tanto amargo… Podemos ser buenos, pero no ilusos, ni engañados…

Finalmente debo recordar a los “Mentirosos”, a los que mienten, que muy a su pesar, siempre tendrán a su “Pepito Grillo” particular… más tarde o más temprano, siempre, siempre… Aparecerá.

Yo afortunadamente, puedo dormir tranquila, pero ¿Cuántos debido a ese “Pepito Grillo”, no pueden descansar…?



P.D.: Y por si alguna duda existiera, remitiéndonos a nuestro refranero español:

“Las mentiras tienen las patas muy cortas”,
“Antes se coge a un mentiroso que a un cojo”
… pero aunque existen muchas otras…
… yo siempre preferiré como referencia a…

¡¡¡ “PINOCHO”!!!









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